8 de diciembre de 2025

Preparando tus pies para el invierno: consejos podológicos y biomecánicos

El invierno es una estación exigente para la salud podológica. El frío, los cambios bruscos de temperatura y la mayor utilización de calzado cerrado producen alteraciones que pueden pasar desapercibidas hasta que se convierten en dolor crónico.


Una preparación adecuada comienza con un cuidado básico pero constante de la piel del pie. La hidratación diaria con cremas específicas que contengan urea, glicerina o manteca de karité mantiene la elasticidad y evita la aparición de grietas, especialmente en talones y zonas de apoyo.


Otro paso fundamental es el correcto corte de uñas, siempre recto y sin redondear las esquinas, para reducir el riesgo de uñas encarnadas, que tienden a agravarse con el uso de calcetines gruesos y calzado estrecho. Mantener la higiene, secar con atención entre los dedos y evitar la humedad prolongada es esencial para prevenir hongos, dermatitis o mal olor.


El invierno también plantea retos biomecánicos importantes. El tipo de calzado influye directamente en el patrón de pisada y en la distribución de cargas, por lo que seleccionar zapatos adecuados se convierte en una decisión estratégica. Se recomienda utilizar modelos con suela antideslizante, buena amortiguación y materiales transpirables. Las plantillas personalizadas, elaboradas tras un estudio biomecánico de la marcha, corrigen desequilibrios y reducen la tensión en rodillas, tobillos y zona lumbar. Esto resulta especialmente útil para personas que permanecen muchas horas de pie, practican deporte o han sufrido lesiones previas.


Hábitos diarios, revisión preventiva y confort a largo plazo

La prevención no solo depende del calzado. Realizar estiramientos diarios de gemelos, fascia plantar y musculatura del pie mejora la movilidad y disminuye sobrecargas.


Alternar modelos de calzado, cambiar calcetines a diario y evitar suelas excesivamente rígidas contribuye a mantener un buen rendimiento muscular y articular durante todo el invierno.


Finalmente, una revisión podológica y biomecánica antes de que bajen las temperaturas permite detectar problemas en fases tempranas, aplicar tratamientos personalizados y asegurar que tus pies afronten el invierno con confort, estabilidad y bienestar integral.

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